Algunos como Future Exploration Network se atreven a poner fecha de extinción a las ediciones en papel. En concreto, su vaticinio se limita a las ediciones de la prensa escrita. Pero, transpolando los criterios, podríamos también augurar la desaparición total del papel como medio de información y comunicación, y, por supuesto, como medio de difusión y conservación de la cultura (este debate ya tan manido en el mundo de las bibliotecas y archivos).
Según esta “hoja de ruta”, en España veremos el fin de los periódicos allá por 2024 junto a Nueva Zelanda, Checoslovaquia y Taiwan, siendo Estados Unidos quien primero pasará por la experiencia, en 2017.

La verdad es que, desde que tengo ordenador y conexión a internet en casa, casi no leo prensa en papel. Así que yo también me sumo a esta idea de la desaparición de la edición impresa. Pero no creo que con los libros este final esté tan cercano ni tan certero. Creo que leer un libro que sujetas con tus manos y en el que vas pasando las hojas una a una, tiene una magia que el ordenador no aporta. Ni los dispositivos móviles tampoco.
Sí, son cómodos, y tienen una gran capacidad de almacenamiento. Pero...¡no me digáis que no es maravilloso recorrer las estanterías de la librería de casa o de una biblioteca, e ir descubriendo títulos, evocando recuerdos...!